Los tsachila tienen una identidad bien marcada, el vestido, la pintura roja en los cabellos masculinos, su lengua el tsafeki, que todos siguen utilizando; su propia alimentación y los poderes de curación del que tienen gran reputación sus ponés o shamanes, son marcadores de su identidad.
Idioma
Tsafiqui, que quiere decir verdadera palabra, cabe señalar que este lenguaje proviene de la familia lingüística Chibcha; la segunda lengua de los Tsáchilas es el español.
Población

Organización Socio política

Tiene dos formas de autoridad: el Cabildo, organización de nuevo tipo establecida por el Estado, y la tradicional con un jefe llamado "Miya", que legendariamente siempre ha sido un “Pone” o “Vegetalista”, como su máxima autoridad. El "Miya" ordena las actividades cotidianas de la comunidad y cura las enfermedades, ya que tiene el poder que le dan los espíritus; es quien preserva la memoria colectiva y el saber de su pueblo y lucha por la defensa de su identidad y su cultura; por lo tanto, es el guía espiritual y conductor social y político.
Vestimenta
El Hombre El vestido de los hombres es
sencillo y ligero, se lo denomina palompoé. Está conformado de mapchozmp que es
un taparrabo bicolor en azul y blanco, de forma rectangular que los colonos
llaman chumbillina.
El berequé complementa la prenda anterior es una faja de algodón bastante larga con la que sujetan a la cintura el taparrabo. El paniú es un pedazo de tela que se echan sobre el hombro izquierdo, casi siempre es de algodón en colores muy fuertes como rojo y amarillo. El jalí es de uso complementario, consiste en una larga manta de algodón de color blanco que se emplea en días fríos.
El colorado moderno, gusta de toda clase de adornos, como las pinturas faciales y el empastado del cabello con el achiote (bixa orellana). Los adornos más empleados son el calastushilli y el mishilli. El calatushilli es una pulsera de plata maciza con una ligera abertura para insertar la muñeca. En los dos extremos se practican dos orificios en los que se pasan hilos de colores para sujetarlos. Comienza a usar este adorno como prueba de virilidad en el momento en que se casan; si enviudan se lo retira en señal de luto.
El mishilli es una especie de coronita de algodón que se coloca en la cabeza en el casco de pelo endurecido. Para que no se dañe la lían cuidadosamente con hilo.
La mujer La vestimenta es sencilla y acorde a sus necesidades cotidianas, utilizan una falda de líneas más finas que la de los hombres. No usan faja para ceñir la cintura; a la espalda y anudada al cuello llevan una ligera tela de colores.
Sus principales adornos son: la bitadé o manilla, que acostumbra lucir dos en cada brazo y que se fabrican con abalorios multicolores. Una de ellas va en la muñeca y la otra en la parte superior del antebrazo. En la primera manilla prefieren los colores blanco y azul (fibacán y lo´sinba); y en la otra el verde (lo ´ sinban).
El bípode o collar es el adorno más complicado y que distingue a las mujeres tsáchilas. Lo llevan en cinco o seis cuentas que suelen llegarles hasta el abdomen. Generalmente este collar está formado por pepas de San Pedro, churos grandes y pequeños, huesecillos de aves o animales de monte y semillas.
El berequé complementa la prenda anterior es una faja de algodón bastante larga con la que sujetan a la cintura el taparrabo. El paniú es un pedazo de tela que se echan sobre el hombro izquierdo, casi siempre es de algodón en colores muy fuertes como rojo y amarillo. El jalí es de uso complementario, consiste en una larga manta de algodón de color blanco que se emplea en días fríos.
El colorado moderno, gusta de toda clase de adornos, como las pinturas faciales y el empastado del cabello con el achiote (bixa orellana). Los adornos más empleados son el calastushilli y el mishilli. El calatushilli es una pulsera de plata maciza con una ligera abertura para insertar la muñeca. En los dos extremos se practican dos orificios en los que se pasan hilos de colores para sujetarlos. Comienza a usar este adorno como prueba de virilidad en el momento en que se casan; si enviudan se lo retira en señal de luto.
El mishilli es una especie de coronita de algodón que se coloca en la cabeza en el casco de pelo endurecido. Para que no se dañe la lían cuidadosamente con hilo.
La mujer La vestimenta es sencilla y acorde a sus necesidades cotidianas, utilizan una falda de líneas más finas que la de los hombres. No usan faja para ceñir la cintura; a la espalda y anudada al cuello llevan una ligera tela de colores.
Sus principales adornos son: la bitadé o manilla, que acostumbra lucir dos en cada brazo y que se fabrican con abalorios multicolores. Una de ellas va en la muñeca y la otra en la parte superior del antebrazo. En la primera manilla prefieren los colores blanco y azul (fibacán y lo´sinba); y en la otra el verde (lo ´ sinban).
El bípode o collar es el adorno más complicado y que distingue a las mujeres tsáchilas. Lo llevan en cinco o seis cuentas que suelen llegarles hasta el abdomen. Generalmente este collar está formado por pepas de San Pedro, churos grandes y pequeños, huesecillos de aves o animales de monte y semillas.
Los colorados llevan pinturas en la cara y
en el cuerpo. El proceso de pintarse se denomina maliquedé. La pintura del
cuerpo (pecho, brazos, y piernas) se conoce como pucalé quedé; y la del rostro,
caforó quedé, cada una de ellas tiene un nombre específico y su proceso de
ejecución es diferente.
Las pinturas faciales de la mujer son más complicadas que las del varón. Las líneas son finas con ligeros puntitos en los bordes, de suerte que, miradas a cierta distancia, pareciera que han dibujado un cienpiés.
La pintura depende del gusto, la edad, y el capricho de cada persona, aunque casi siempre las líneas son sencillas y se trenzan horizontalmente. Los colores se alternan armónicamente, las líneas de la cara son delgadas, y anchas las del cuerpo. El mu o achiote da la coloración roja que usa casi exclusivamente el varón: El mali o huito, pepa semejante al aguacate, da la coloración negro azulada, así como el verde claro que usan las mujeres.
El tocado del cabello es originalísimo. Se unta con una pasta preparada con leche de sandí y achiote, que convierte al cabello en una visera consistente; a esto lo llaman embijamiento. Las mujeres llevan el pelo suelto a las espaldas; cuando van al pueblo lo adornan con peinetas, vinchas y cintas.
Las pinturas faciales de la mujer son más complicadas que las del varón. Las líneas son finas con ligeros puntitos en los bordes, de suerte que, miradas a cierta distancia, pareciera que han dibujado un cienpiés.
La pintura depende del gusto, la edad, y el capricho de cada persona, aunque casi siempre las líneas son sencillas y se trenzan horizontalmente. Los colores se alternan armónicamente, las líneas de la cara son delgadas, y anchas las del cuerpo. El mu o achiote da la coloración roja que usa casi exclusivamente el varón: El mali o huito, pepa semejante al aguacate, da la coloración negro azulada, así como el verde claro que usan las mujeres.
El tocado del cabello es originalísimo. Se unta con una pasta preparada con leche de sandí y achiote, que convierte al cabello en una visera consistente; a esto lo llaman embijamiento. Las mujeres llevan el pelo suelto a las espaldas; cuando van al pueblo lo adornan con peinetas, vinchas y cintas.
Vivienda

El cumbrero o yaburé, cubierto de hoja o shapangas, se sustenta a las soleras o pactarum mediante bejucos resistentes o incorruptibles. Las soleras descansan arriba de los puntales mediante muescas. Sobre las shapangas se extienden las costaneras o birapé, de dos en dos, a distancia de unos diez metros. La casa no tiene ventanas, la cubierta dura aproximadamente dos o tres años dependiendo de la humedad y acción destructora de las cucarachas. La casa está dividida en dos comportamientos más o menos iguales, es íntegramente de madera y no tiene cimientos. Las paredes se forman con tablas de madera o caña guadúa partida. Todas las casas tienen dos puertas, una de acceso al corredor; y otra que se sitúa en la parte posterior.
Alimentación
La alimentación depende de los productos
agrícolas, la caza y la pesca. El pandado es un plato cotidiano que consiste en
uno o dos pescados chicos y una bala de plátano, colocados en una hoja de
bijao. El sancocho es una de las pocas comidas líquidas que se preparan. Cortan
el plátano verde en trozos irregulares, lo ponen a hervir y añaden carne de
loro, guanta y guatusa. El chontaduro es una fruta silvestre, tiene abundante
comida harinosa. Cuando los hombres retornan de la cacería traen las carnes
ahumadas y en la casa las envuelven en hojas de plátano y las conservan junto
al humo por dos semanas.
Bebida: Entre las bebidas que ellos mimo preparan están la malá, especie de cerveza fermentada de maíz o piyó, este licor fermentado puede ser también de yuca (ce´chú), cocida y masticada, usada por la comunidad en fiestas y ritos ancestrales.
Bebida: Entre las bebidas que ellos mimo preparan están la malá, especie de cerveza fermentada de maíz o piyó, este licor fermentado puede ser también de yuca (ce´chú), cocida y masticada, usada por la comunidad en fiestas y ritos ancestrales.
Música
La marimba es uno de los instrumentos
principales y está hecha de maderas de bambú y chonta.
Baile típico Tsáchila
Para organizar una fiesta en el caserío se forman los grupos expertos en cada
actividad. Con una anticipación de quince días.
Algunos se van a la cacería de animales, otros a la pesca. Permanecen cuatro a cinco días en la montaña. Así mismo el jefe de familia invita a la construcción de la casa con la participación de los jóvenes, adultos, ancianos hombres y mujeres.
En la celebración de una de las fiestas tienen la costumbre de compartir chicha, comidas en abundancia y también música. Esta fiesta por lo general dura de 2 a 3 días.
Baile típico Tsáchila

Algunos se van a la cacería de animales, otros a la pesca. Permanecen cuatro a cinco días en la montaña. Así mismo el jefe de familia invita a la construcción de la casa con la participación de los jóvenes, adultos, ancianos hombres y mujeres.
En la celebración de una de las fiestas tienen la costumbre de compartir chicha, comidas en abundancia y también música. Esta fiesta por lo general dura de 2 a 3 días.
Shamanismo
Los Tsáchilas son considerados
uno de los pueblos con más conocimiento médico vegetal en las Américas. El
Shaman "PONE" es un hombre religioso, autoridad y ministro sagrado.
Su universo es rico en imágenes y elementos naturales. El Shamán viaja hacia distintas
dimensiones, recorre el cielo, la tierra y los mundos subterráneos para visitar
al Dios Pipowa y ofrecerles una serie de presentes en nombre de su nación, para
luego ir en busca de la persona enferma cuya alma o cuerpo ha sido apresada por
las fuerzas del mal y de enfermedad. Así mismo viaja como guía del alma de un
muerto para acompañarlo hacia otro nivel donde descansará en paz y finalmente,
para enriquecer su conocimiento mediante el trato con sus espíritus superiores.
Él conduce a su familia y nación en el camino del bien para liberarla del miedo y de la ambición. Con el adecuado manejo de sus conocimientos los lleva hacia el conocimiento de lo sagrado.
Como un hombre de medicina, en sus ceremonias usa una amplia variedad de recursos naturales como son las plantas, animales o minerales, que combina con sus habilidades Psíquicas. Uno de los más finos ejemplos de su medicina es el Nepi (Caapi plant) un brebaje de efecto narcótico, que desnuda al paciente de sus barreras psíquicas y lo libera de sus miedos, haciendo posible que el Shamán mire con claridad su alma y perciba con frescura la condición de su cuerpo.
RITUAL SHAMANICA (Ponékika) Es el ritual que invoca a los espíritus del
ser supremo que conoce las debilidades del Ecosistema y reactiva la vida de los
seres naturales e inertes.
Para el pueblo Tsáchila el (Poné Miyá) es un jefe máximo. Cubre amplio ciclo de la historia humana creándose Técnicas e ideas complementarias de la Cosmovisión y la espiritualidad en contacto Hombre Naturaleza en base al desarrollo de las Ciencias y Técnicas. De las diferentes manifestaciones milenarias mitológicas con el transmitir de todos conocimientos de Ritualidades étnicos estrechamente ligados a nuestras costumbres, tradiciones y constituye una herencia de padres a hijos.
El Shamán es por excelencia un ser estático, a nivel de las Religiones Primitivas. Para él experimentar el éxtasis significa el vuelo del alma al cielo.
Para encontrase cara a cara con el Dios del cielo. Pipowa Tsáchi-Mapiyan-Lamar.
Presentándole una ofrenda en nombre de nuestra tribu milenaria.
Para ir en busca del alma de un enfermo, supuestamente extraviada lejos de su cuerpo o raptada por la espiritualidad maligna.
Para acompañar al alma de un difunto hacia su nueva encarnación y finalmente, para enriquecer su ciencia mediante el contacto con los seres superiores.
Él conduce a su familia y nación en el camino del bien para liberarla del miedo y de la ambición. Con el adecuado manejo de sus conocimientos los lleva hacia el conocimiento de lo sagrado.
Como un hombre de medicina, en sus ceremonias usa una amplia variedad de recursos naturales como son las plantas, animales o minerales, que combina con sus habilidades Psíquicas. Uno de los más finos ejemplos de su medicina es el Nepi (Caapi plant) un brebaje de efecto narcótico, que desnuda al paciente de sus barreras psíquicas y lo libera de sus miedos, haciendo posible que el Shamán mire con claridad su alma y perciba con frescura la condición de su cuerpo.

Para el pueblo Tsáchila el (Poné Miyá) es un jefe máximo. Cubre amplio ciclo de la historia humana creándose Técnicas e ideas complementarias de la Cosmovisión y la espiritualidad en contacto Hombre Naturaleza en base al desarrollo de las Ciencias y Técnicas. De las diferentes manifestaciones milenarias mitológicas con el transmitir de todos conocimientos de Ritualidades étnicos estrechamente ligados a nuestras costumbres, tradiciones y constituye una herencia de padres a hijos.
El Shamán es por excelencia un ser estático, a nivel de las Religiones Primitivas. Para él experimentar el éxtasis significa el vuelo del alma al cielo.
Para encontrase cara a cara con el Dios del cielo. Pipowa Tsáchi-Mapiyan-Lamar.
Presentándole una ofrenda en nombre de nuestra tribu milenaria.
Para ir en busca del alma de un enfermo, supuestamente extraviada lejos de su cuerpo o raptada por la espiritualidad maligna.
Para acompañar al alma de un difunto hacia su nueva encarnación y finalmente, para enriquecer su ciencia mediante el contacto con los seres superiores.
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